
Acércate con mucho cuidado. Si el animal ha fallecido, retíralo de la carretera. Si no es así, ten en cuenta que el gato puede estar en estado de shock. Lo notarás por la palidez de su piel, el aumento de su ritmo cardíaco, su respiración agitada o incluso por la pérdida de consciencia. Si está inconsciente, ponlo de lado con la cabeza ligeramente inclinada hacia arriba y estate atento a su respiración. El pulso se lo puedes tomar en la ingle, que es el lugar en donde las patas traseras se unen a la cadera.
Lo primero es tratar de que el animal se mueva lo menos posible, retirándolo de la calzada con sumo cuidado y tratando de mantener su columna lo más recta posible. Si te puedes hacer con un cartón o una madera para transportarlo, perfecto.
Para que el gato, conmocionado pero consciente, no salga huyendo, es importante acercarse muy despacio a él. Tómate tu tiempo y no hagas ningún movimiento brusco que lo asuste. Envuélvelo en un abrigo o toalla y trasládalo lo más rápido que puedas a un centro veterinario. Si es necesario, llama al 112 o al 062.
Si el felino sangra mucho, presiona la herida con una toalla, pero no se te ocurra hacerle un torniquete. No son como los humanos, y podrías detener todo su sistema circulatorio. Si sangra por la nariz o la boca, casi con total seguridad tendrá lesiones internas. Este tipo de lesión requiere atención médica urgente. Puedes comprobar también el color de sus encías: si están rosadas, todo va bien. Pero si están pálidas, es señal de que puede haber una hemorragia interna. Si hay tos con sangre o fluidos manchados de sangre o sus membranas mucosas están cianóticas (azules) o pálidas, te pueden indicar una hemorragia pulmonar.
Durante el trayecto hasta el centro médico, trata de mantener al gato lo más calmado posible, háblale, acarícialo y controla su latido y respiración. Pero jamás se te ocurra facilitarle agua o comida, ni demorar la visita al veterinario. Tampoco se te ocurra automedicarlo. Puedes causar daños irreparables.
Una vez que llegues al veterinario, éste hará una evaluación rápida de las lesiones, con especial atención al sistema respiratorio, cardiovascular y neurológico del animal, para a continuación proceder a estabilizarlo. Una vez logrado este objetivo, se hará una segunda evaluación más profusa. No te asustes si para el veterinario una fractura abierta, escandalosa por supuesto, no es prioritaria. Hay que atender primero a posibles lesiones internas. El veterinario le podrá hacer ecografías, radiografías, analíticas, o limpiarlo, desinfectar y vendar las heridas o estabilizar las fracturas… y en los casos más severos podrá decidir que es necesario el paso por quirófano.
Los datos
6.500 animales domésticos atropellados
4.085 perros
247 gatos
222 equinos
295 accidentes con heridos
9 muertos
26 heridos graves
Fuente: DGT

