
- Las colonias no controladas crecen exponencialmente dado la tasa reproductiva de los gatos, que se establece por hembra reproductora en 6 cachorros al año. En situaciones de sobrealimentación esta tasa reproductora se multiplica. La supervivencia de los animales adultos se considera de unos 3 años de vida, si bien dicha supervivencia disminuye cuando hay superpoblación o malas condiciones en el entorno.
Se considera que la intervención mediante CER comienza a ser efectiva a partir de la esterilización del 75% de la población felina. - Las enfermedades de los gatos se multiplican, no sólo por densidad poblacional, sino que también por la mayor incidencia de éstas en los cachorros. Una colonia con un número elevado de cachorros tiene mayor incidencia de enfermedades, algunas con potencial zoonótico.
- Las molestias para los vecinos son mayores. Son abundante las peleas. Durante la época de apareamiento aumenta la incomodidad debido a los ruidos, los marcajes mediante la orina y enfrentamientos debidos al celo.
- En muchas ocasiones, los gatos son alimentados de forma no higiénica con restos de comida depositados en el lugar por ciudadanos con buenas intenciones, pero ninguna información sobre cómo manejar adecuadamente sus acciones con respecto a los gatos comunitarios. En una colonia controlada disminuyen las peleas, el marcaje con orina, los ruidos y la suciedad, así como progresivamente el total de población felina, por lo que la convivencia entre personas y gatos mejora.
¿Y que es entonces, una colonia controlada?
Aquella en la que se lleva a cabo de forma completa un programa ético de gestión felina, cuyos puntos principales son:
1. Programa de esterilización CER Identificación
2. Control sanitario
3. Alimentación
4. Gestión de zonas de eliminación
5. Desinfección y limpieza del entorno
6. Programa de adopciones de gatos sociables

